miércoles, 2 de mayo de 2018

Científicos descubren un posible vínculo entre la microbiota intestinal y las enfermedades autoinmunes.

Mucha gente cuando escucha la palabra “bacteria” piensa en suciedad o enfermedades. Sin
 embargo, lo cierto es que los billones de microbios que viven en nuestro intestino y que
conforman la microbiota intestinal
 cumplen funciones clave para nuestra supervivencia. No solo nos ayudan a digerir ciertos alimentos
 y a extraer nutrientes y vitaminas, sino que además educan a nuestro sistema inmunitario, y
 puede que nos ayuden a protegernos contra las enfermedades autoinmunes, en las que el sistema
 inmunitario ataca por error a las células sanas del organismo.
En este sentido, una nueva investigación con ratones ha hallado que la  microbiota intestinal puede
 ayudar a protegernos frente a las enfermedades inflamatorias intestinales (EII) y, en concreto, la
 colitis ulcerosa.
Un equipo de investigadores del Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS), en Barcelona, y de la Universidad de Calgary, en Canadá, ha descubierto un nuevo mecanismo por el que la 
microbiota intestinal regula la respuesta inmunitaria del organismo, en concreto la respuesta 
inmunitaria implicada en las enfermedades autoinmunitarias. Este hallazgo ha sido
 publicado en la revista Cell.
“Hemos visto que una proteína expresada por una bacteria de la microbiota intestinal llamada
 Bacteroides actúa para prevenir la EII al reclutar glóbulos blancos para matar a una célula del
 sistema inmunitario que es responsable de orquestar la EII”, dice Kathy McCoy, de la Escuela de
 Medicina Cumming de la Universidad de Calgary. “Creemos que este mecanismo está 
probablemente involucrado en prevenir que mucha gente desarrolle EII”, añade.
En el mismo estudio, los investigadores también observaron que la proteína expresada por la
 bacteria es prácticamente idéntica a la proteína expresada por las células encargadas de producir
 insulina en el páncreas. Así, los linfocitos CD8 pueden atacar por error a las células pancreáticas y
 causar diabetes tipo 1.
En humanos, los linfocitos CD8 reaccionan tanto al antígeno Bacteroides y a las células
 pancreáticas. Los investigadores secuenciaron la microbiota intestinal de 23 individuos divididos
 en cuatro grupos (sanos, con colitis ulcerosa, Crohn y diabetes) y vieron que la proteína bacteriana
 estaba presente en los cuatro grupos de individuos.
“Lo que aún no sabemos es si el hecho de que en humanos los linfocitos reconozcan las proteínas
del intestino tiene las mismas consecuencias protectoras contra la colitis que vemos en los
ratones, aunque sospechamos que sí”, señala Pere Santamarialíder de grupo en Idibaps y
profesor catedrático en la Universidad de Calgary.
Y añade: “Estos linfocitos existen en el organismo porque protegen al individuo contra la colitis. No
 obstante, el precio que hay que pagar es que a veces esos linfocitos también pueden reaccionar
 con un antígeno muy parecido que está expresado en las células del páncreas y provocar diabetes
 tipo 1”-
“Y si hemos encontrado este ejemplo es muy probable que haya muchos otros casos de
 “mimetismo molecular” entre las proteínas microbianas y las proteínas expresadas en tejidos
 u órganos concretos del organismo. Esos nuevos casos anticipados pueden ayudar a explicar
 las relaciones entre la presencia o ausencia de ciertas bacterias en la microbiota y cambios
 en la incidencia o la prevalencia de ciertas enfermedades autoinmunes a nivel de la población”,
añade.
Como la razón de esta reactividad cruzada tiene que ver probablemente con la evolución, ahora
 los investigadores están estudiando si esa relación entre la microbiota y el sistema
 inmunitario es unidireccional o bidireccional. En otras palabras, si la microbiota no solo controla
 el funcionamiento del sistema inmunitario sino que, también, la interacción con el sistema de
 defensa del organismo influye en la composición de la microbiota.

Artículo:

Cristina Sáez
Cristina Sáez
Cristina Sáez es periodista freelance especializada en ciencia. Trabaja para diversos medios de comunicación, como el diario La Vanguardia, donde coordina la sección de ciencia Big Vang; y colabora con centros de investigación y sociedades científicas. Su trabajo periodístico ha sido reconocido, entre otros, con el Premio de Periodismo en Medicina Boerhinger Ingelheim 2015. El Twitter de Cristina @saez_cristina

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