Aquellos padres con un hijo que requiera cuidados especiales dedican mucho esfuerzo en garantizar que tenga la mejor calidad de vida posible.
A pesar de entregarse con cuerpo y alma, el papel de cuidador puede ser agotador, física y emocionalmente.
Un cuidador es aquél que se dedica a ayudar a una persona dependiente para que tenga la mayor calidad de vida posible. Trabaja lo más cerca posible de la persona, lo que resulta agotador y suele vivir una intimidad muy cargada emocionalmente.
El cuidador se ocupa de muchas funciones y muy variadas, algunas resultan más sencillas que otras, ya sea desde el punto de vista físico (bañar a la persona cuidada, transportarlo, etc…) o bien desde el punto de vista emocional.
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